ALICE IN WONDERLAND: O CÓMO DISNEY ASESINÓ A TIM BURTON

LLongueras y Ágata Ruiz de la Prada se lo rifan.

 Que nadie piense por el título del post que la crítica a esta película va a ser negativa. Tim Burton es mi director de cine favorito y no me ha decepcionado. El film es atractivo, sugerente y está a la altura del mundo Burton. Y olé sus bemoles por atreverse a hacer una secuela de un cuento único.
Pero también hay que decir que se nota en exceso la mano de Disney y se ha cargado la parte macabra de las películas de este genial director. hay un par de detalles 100% de él, pero seamos sinceros. Pesadilla Antes de Navidad sigue sin ser una película para niños y hoy el cine estaba repleto de personitas que no llegaban a los 10 años. Ese es el único detalle que hace desmerecer a la película. Creo que la productora, y a la postre la que pone la pasta, no le ha dejado al director sacar todo su potencial.
La historia se basa en los 3 libros que Carroll escribió con Alicia como protagonista y nos presenta a una Alicia de 20 años, con la vida más aburrida y poco prometedora imaginable, volviendo a Wonderland 13 años después. Cuando regresa al País de las Maravillas,  no recuerda nada de su viaje anterior, y es algo que tendrá que hacer, si quiere cumplir con su destino. La Reina Roja está dispuesta a conquistar todo el reino y está profetizado que Alicia será su libertadora. Algo parecido a Juana de Arco pero con Amnesia.
La estética pudiera recordarnos a Charlie y la Fábrica de Chocolate por el colorido, algo raro en el cine de Burton, pero con las formas y la atmósfera clásicas de la loca cabeza del director.
Los personajes humanos están muy bien elegidos. Johnny Depp vuelve a estar magistral a las órdenes de Burton, en su papel de Terrant, el Sombrerero Loco. Helena Bonham Carter le da su siempre especial toque de feminidad, carácter duro y locura como la Reina Roja. Anne Hathaway es la Reina Blanca, en el papel más flojo de la película. Y el papel de Alicia, para una desconocida actriz australiana de 20 años, Mia Wasikowska.
El resto de personajes son digitales (mi favorito es el gato de Chesire), y es que Burton se ha apuntado a la moda de tunear las películas con 3D. En un director como él, tanto 3D creo que es innecesario, aunque me imagino la cara de los productores de Disney al imaginarse decorados de porexpan y maquetas. Eso si, los fondos y la atmósfera son espectaculares. Totalmente tenebrosos a veces, llenos de luz y color otras.
La BSO corre, como no, a cardo de Danny Elfman, y ha hecho un trabajo bastante bueno. El tema principal, "Alice", es una de las mejores canciones que he escuchado en lo que va de año, compuesta por Avril Lavigne.
La he visto en 3D digital porque no quedaba otra, no había salas convencionales, pero no es una película para ver en 3D, no he notado grandes efectos. Aparte que en un cine clásico, con una pantalla de dimensiones standard, creo que es inutil proyectar películas en 3D, porque en el momento en que el efecto llega al borde de la pantalla, este se rompe y se vuelve algo rarísimo, cosa que no ocurre en los IMAX, con pantallas envolventes.
Detallitos técnicos y de gusto personal aparte, es totalmente recomendable.

IRON MAN 2: SUFI RASPADO AL ARGUMENTO, PERO MUY ENTRETENIDA


Las segundas partes nunca fueron buenas. Que frase más típica para hablar de una secuela, lo se. Pero es una verdad casi incuestionable, porque ahí están Aliens, Terminator 2, Las 2 Torres... pero cuando hablamos de superhéroes llevados al cine, la cosa cambia. La primera película va a tener el éxito casi garantizado, ya que normalmente nos cuenta los orígenes del personaje. Pero ¿qué hacer con las secuelas? Generalmente recurrir a enemigos naturales del personaje en el comic y hacer con eso una historia.
Los resultados suelen ser aceptables en cuanto a entretenimiento, acción, efectos especiales... pero el argumento siempre deja mucho que desear. Grandes primeras partes... casi todas. Quitando Hulk y Spawn (no hubo secuela, gracias a Dios), todas las adaptaciones de supers a la gran pantalla han tenido éxito. Spiderman, Los 4 Fantásticos, X Men... (seamos sinceros... ninguna de la secuelas de estos tres ejemplos vale una castaña).
Batman y Superman son casos aparte, ya que tienen sus filmes antiguos, y los modernos. Además, son de esos casos menores en los que la secuela tiene tanto o más éxito que la primera. El Caballero Oscuro, por ejemplo, me parece muchísimo mejor que Batman Begins.
Y ete aquí con Iron Man y el bueno de Robert Downie Jr., donde tenemos una secuela de las aceptables, incluso buenas en cuanto a efectos, entretenimiento y acción, es decir, para pasar 2 buenas horas bien divertidas en el cine, pero que pierde en el argumento.
En defensa de la historia diré que hay un par de detalles que maquillan un poco algo tan lineal en una película de supers como es la aparición de un villano con un pasado relacionado con el héroe, el enemigo que se compincha con el maluto para conseguir acabar con él, una actitud por parte del héroe alejada de lo que se espera de él, etc. Y es que comprendo que en una secuela de una historia de superhéroes, pocas lineas argumentales se pueden seguir. Creo que esta es la única... porque si no, no sería una película de superhéroes.

Me recuerda vagamente al anuncio de Rayban... ¿explotaría sin ellas?

En este segundo film, nos encontramos a un Tony Stark (Robert D. Jr), con el ego a tope por haber reconocido al mundo entero que es Iron Man y que gracias a él, hay más paz que nunca. Hammer, su principal competidor en el diseño de armamento, está a medias con el gobierno y con el ejército para conseguir los diseños de las armaduras de Iron Man, que Stark se niega a ceder.

 Podría pasar por bailarín de los Back Street Boys

Aquí aparece el bueno de Mickey Rourke, en la piel de un loco ruso, hijo del ayudante del padre de Tony Stark, quien le apartó de sus proyectos por perseguir fines egoistas. Sediento de venganza, Iván (si... se llama Iván) Vanko utiliza los diseños de Stark y se compincha con Hammer para crear un arma que acabe con Iron Man. Lo bueno, es que gracias a esto, aparecerá War Machine, mi personaje favorito del comic y que en la primera parte quedó claro que aparecería en la secuela.

Si Michael Jackson viviera,
acusaría de plagio al diseñador de este cartel.

Por si fuera poco, Tony Stark se enfrenta a los efectos secundarios de la armadura. El mini reactor que le mantiene con vida, cada vez está contaminando más su organismo y deberá encontrar una solución. Para ayudarle, aparece una especie de liga de la justicia, dirigida por Furia (Samuel L. Jackson) y con una agente especial (Scarlet Johanson).
Como tercera trama, está el estrés que produce a mi querida Wineth Paltrow (enamorado de ella me allo) el estilo de vida que lleva su novio, que siempre está o a punto de morir por cuenta propia o a punto de que le maten y claro, también hará que arreglas esta relación defectuosa.
En mi opinión, son las dos últimas historias, la de la enfermedad y la de su relación personal, la que salvan el argumento de la película. Están muy bien relacionados con la trama principal, sin grandes contrastes, con lo que, como decía antes, maqillamuy bien la clásica historia de buenos contra malos.
De lo que no carece es de efectos, acción, persecuciones, explosiones, guiños graciosos... no triunfará en los Oscar, pero me lo he pasado bien esta tarde.