Entre las cosas que se deberían hacer una vez en la vida, deberíamos incluir el disfrutar de música y artistas que merezcan la pena. Y no serán mi grupo favorito ni me sabré muchas de sus canciones, pero, desde luego, un concierto de U2 es algo digno de ver una vez en la vida.
Actuaron el pasado domingo, 26 de septiembre en el estadio de fútbol de Anoeta, como parte de su gira 360º. Ya me quedé frío al llegar al estadio. El escenario era espectacular. Un armazón de origen extraterrestre que cubría un escenario circular en 3 terrazas, con 2 puentes móviles, por los que los músicos, incluyendo el batería en un tema en el que agarró unos bongos, se movían libremente. El conjunto se completaba con todo un despliegue de luces y pantallas, humo y láser, que acompañó a Bono y compañía durante los 23 temas y más de 2 horas que duró el concierto.
Si a eso le añadimos un estadio hasta arriba de gente, un ambiente tremendo y unos músicos que se volcaron con el público, el resultado fue un grandísimo concierto.
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