¡¡¡CAMPEOOOOONES, CAMPEOOOOONES OEOEOEEEE!!!!
Después de una temporada casi perfecta y de unos Playoff espectaculares, la Super Bowl XLV se presentaba como una de las más calentitas de los últimos años, sobre todo porque, el que fuera clarísimo candidato al título, los Patriots, cayeron en primera ronda de Playoff.
Me hubiera gustado ver un Packers vs Jets, pero no pudo ser. Aun así, la final era de lo más emocionante, contra todo un veterano en Super Bowl, con 6 anillos de campeones, de los cuales, 2 de ellos estaban en posesión de la mitad de la plantilla actual, con jugadores de la talla de Roethlisberger, Hines Ward o Troy Polamalu.
Frente a ellos, unos Pakcers con 4 anillos de campeón, pero que no ganaban una final desde 1997, con Brett Favre a la cabeza. Después de 3 años de la partida de Favre y con Rodgers como QB, los queseros llegaban a la final con una plantilla muy joven, pero con jugadores que han marcado lo que ha sido la temporada 2010-2011, muchos de ellos seleccionados para MVP o para la Pro Bowl.
A esta, en principio, diferencia de experiencia, hubo que añadir las lesiones en el primer cuarto de dos jugadores importantísimos. El receptor Donald Driver, que se lesionó un tobillo, y el defensa Charles Woodson, que se hizo daño en un hombro. Sin embargo, pudieron suplir estas dos faltas, aunque con ciertas dificultades.
Green Bay se mantuvo en cabeza durante todo el partido, aunque sufrió tanto en ataque como en defensa. Algo motivó a los Steelers durante el descanso, ya que durante el tercer y último cuarto se vinieron arriba. Su QB conseguía largos pases, sus HB y FB conseguían penetrar entre la línea defensiva y lograban largas carreras.
No obstante, los Packs no se dejaron vencer por la presión y un gran trabajo en defensa encabezado por Hawk y con grandes actuaciones de Mattews, Williams o Bishop tras la línea y del muro BJ Raji en el bloque dieron a Green Bay una clara ventaja. En ataque, Aaron Rodgers mantuvo fría su cabeza y conectó muy bien con Nelson, uno de los más novatos, con lo que la lesión de Driver no les pasó demasiada factura.
Un partido así no podía dejar un final tranquilo. A 2 minutos del final, Green Bay ganaba por 6 puntos y el balón estaba en posesión de Pittsburg. Podían haber perdido de 1, pero a 40 segundos del final y muy cerca de su Red Zone, apareció la bestia Clay Matthews quien provocó un sack y un posterior fumble, que recuperarían los Packers. A 30 segundos del final, Aaron Rodgers echó rodilla a tierra y finalizó la Super Bowl XLV con victoria de Green bay por 31-25. Merecidísima victoria. Enhorabuena campeones.
Green Bay se mantuvo en cabeza durante todo el partido, aunque sufrió tanto en ataque como en defensa. Algo motivó a los Steelers durante el descanso, ya que durante el tercer y último cuarto se vinieron arriba. Su QB conseguía largos pases, sus HB y FB conseguían penetrar entre la línea defensiva y lograban largas carreras.
No obstante, los Packs no se dejaron vencer por la presión y un gran trabajo en defensa encabezado por Hawk y con grandes actuaciones de Mattews, Williams o Bishop tras la línea y del muro BJ Raji en el bloque dieron a Green Bay una clara ventaja. En ataque, Aaron Rodgers mantuvo fría su cabeza y conectó muy bien con Nelson, uno de los más novatos, con lo que la lesión de Driver no les pasó demasiada factura.
Un partido así no podía dejar un final tranquilo. A 2 minutos del final, Green Bay ganaba por 6 puntos y el balón estaba en posesión de Pittsburg. Podían haber perdido de 1, pero a 40 segundos del final y muy cerca de su Red Zone, apareció la bestia Clay Matthews quien provocó un sack y un posterior fumble, que recuperarían los Packers. A 30 segundos del final, Aaron Rodgers echó rodilla a tierra y finalizó la Super Bowl XLV con victoria de Green bay por 31-25. Merecidísima victoria. Enhorabuena campeones.
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